El progreso a veces significa mirar atrás para ver cómo nuestros ancestros resolvían los problemas, añadiendo algún nuevo sistema o método tecnológico para mejorar los resultados. En el caso de la construcción, el caso más paradigmático de ese concepto quizá sea el de las estructuras de madera, que actualmente se pueden utilizar para levantar edificios de cinco plantas en 10 días.
Según recientes investigaciones llevadas a cabo en un conjunto arqueológico encontrado en África, el primer uso de la madera en la construcción supera el medio millón de años, mucho antes de la llegada del homo sapiens sapiens.
Los últimos avances en la producción de distintos tipos de madera maciza y su gran acogida por parte de arquitectos de todo el mundo invitan a ampliar sus usos y confiar en ella frente a materiales como el acero o el hormigón. En el último siglo estos han sido los absolutos protagonistas del sector, propiciando el crecimiento resistencia y altura de los edificios. Sin embargo, más allá de nuevas mezclas y procesos, en general su producción es más cara que la de la madera, no son renovables y su huella de carbono combinada representa más del 10% de las emisiones mundiales.
Soluciones como el CLT (madera contralaminada) ofrecen numerosas ventajas, no sólo porque permiten capturar CO2 en vez de generarlo, sino porque facilitan una gran rapidez a la hora de levantar construcciones más ligeras, duraderas y resistentes. A eso se unen nuevas investigaciones como la de Chris Pantelides, profesor de ingeniería de la Universidad de Utah, que ha desarrollado un tipo de soporte de construcción fabricado con madera maciza que protege a los edificios contra los daños sísmicos.
Para su fabricación se suele utilizar madera de pino o abeto en capas superpuestas unidas con cola industrial y prensadas. “El resultado es un producto altamente industrializado que da forma a vigas, pilares, y paneles destinados a forjados, cubiertas o muros, que pueden alcanzar longitudes de hasta 18 metros, anchuras de 3 metros y espesores variables a partir de 25 mm aproximadamente”, señalan los autores del informe Mass Madera.
Como desvela este informe y refuerzan las últimas investigaciones, la madera representa el pasado y el futuro de la construcción. “Puede sustituir al acero o al hormigón en la estructura de muchos edificios, pero es mucho más ligera”, explica Chris Pantelides en un comunicado de prensa. “Un edificio de madera maciza pesa una cuarta parte que uno de hormigón, por lo que requiere unos cimientos mucho más pequeños”. Y esa es sólo una de sus grandes ventajas, ya que también pueden acelerar el proceso constructivo hasta un 25% y, sobre todo, capturar dióxido de carbono en lugar de producirlo.
Fuente: Artículo El Español