El presidente de la Cámara Vial Paraguaya (Cavialpa), Paul Sarubbi, explicó que la desaceleración en el sector de la construcción es cíclica y se intensifica con los cambios de gobierno. Esta disminución está directamente relacionada con la falta de nuevas licitaciones, lo que provoca una caída en las ofertas de empleo.
En varios medios de comunicación, Sarubbi subrayó la necesidad de crear un órgano público-privado que garantice la aplicación de políticas de Estado, no solo de gobierno, para mitigar esta falta de inversión en la ejecución de nuevas obras, un segmento vital para la economía del país.
“El impacto social del estancamiento en la construcción es considerable”, señaló Sarubbi. “Cada cambio de gobierno deja a muchos trabajadores especializados sin empleo, lo cual es problemático ya que estos obreros están altamente capacitados y bien remunerados, y es difícil que encuentren condiciones similares en otros sectores”, concluyó. Sarubbi también insistió en que la paralización de obras afecta tanto a los trabajadores como a las empresas constructoras, que invierten en equipamiento financiado a largo plazo y no pueden saldar sus deudas si no se ejecutan los proyectos planificados.
Sarubbi destacó que es crucial iniciar nuevos proyectos y, con base en lo que está proyectado, se espera que en el segundo semestre el sector comience a reactivarse con mayor fuerza. Además, mencionó que la reducción de la tarifa de Itaipú generará fondos que se invertirán en infraestructura.
El presidente de Cavialpa señaló que Paraguay, siendo un país sin salida al mar, no puede invertir menos del 4% de su PIB anual en infraestructura, por su necesidad de fortalecer sectores logísticos, carreteras, puentes, hidrovías, puertos, transmisión eléctrica, distribución, agua y saneamiento. La brecha en infraestructura es de aproximadamente USD 30.000 millones, según estudios de organismos externos, y es fundamental trabajar conjuntamente para paliar este déficit y evitar que la política afecte el desarrollo del país.