Cavialpa

La infraestructura es tarea de todos y ya no puede esperar

16 Ago, 2024

Un país necesita de políticas públicas a largo plazo para desarrollarse. Esta máxima es especialmente verdadera en el ámbito de la infraestructura: las obras requieren una fuerte inversión, llevan tiempo, y en muchos casos son las piezas de un rompecabezas que, al irse completando, se convierten en el canal que libera el potencial de crecimiento económico y social de una nación.

En la última década, las diversas administraciones de gobierno han decidido enfrentar una de las más grandes trabas hacia el desarrollo: el déficit en infraestructura con relación a la región y al mundo. Un país sin rutas, puentes, aeropuertos modernos, transmisión de energía, hospitales, ni sistemas de transporte público eficientes, entre otros elementos, está en desventaja en áreas como el comercio, la educación y la salud, frente a los que sí los tienen.

Como ya hemos afirmado en este espacio, la planificación sostenida en el tiempo, orientada por una estrategia gubernamental sólida en materia de infraestructura pública, es un imperativo del cual ya no podemos seguir escapando. Por ejemplo, es más costoso e inviable en la práctica dotar a cada pueblo de servicios básicos de calidad, como escuelas y hospitales, que unir a estos pueblos a través de rutas y autopistas a centros urbanos, potenciando grandes centros educativos y de salud regionales.

Para ello, el rompecabezas de la infraestructura debe ser armado con paciencia, a largo plazo, a través de políticas públicas capaces de trascender a quien encabece al Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones o se siente en el Palacio de López. Este es un desafío pendiente en Paraguay. Ni siquiera sucesivos gobiernos de un partido aseguran la continuidad de las políticas públicas de la administración previa.

Nuestro país tiene un potencial de crecimiento enorme: cuenta con una economía estable y confiable, bajos niveles de inflación, e incentivos para captar inversión extranjera, pero su déficit en infraestructura es un gran freno no sólo para el desarrollo autóctono, sino para mejorar sus índices de competitividad para atraer capital foráneo.

El sector público no puede afrontar el desafío sólo. Tampoco el privado. Otros países de la región han encontrado una solución por la que abogamos desde Cavialpa: la creación de una institución que aglutine a autoridades actuales y pasadas de carteras relacionadas a la infraestructura, la economía y lo social, incorporando también a ex presidentes, representantes de los principales partidos políticos, de la Academia y del sector privado.

Nuestro desarrollo depende de la construcción de una visión conjunta a corto, mediano y largo plazo, con el know-how de quienes ya han sabido manejar la maquinaria estatal, la de los profesionales y empresas que construyen estas obras, y la de quienes pueden dictar una política estatal a través del ejercicio del legítimo poder democrático,

El mundo globalizado no espera. Los pueblos que apuestan por el desarrollo prosperan, los que no, se estancan y quedan relegados. Nosotros, nuestros hijos y nietos merecen la oportunidad de crecer, y el Paraguay espera a que su potencial sea desatado. Éste es el momento de actuar y dar el gran paso de crear una gran alianza que construya una visión común, a través de la entidad que diseñará e impulsará las políticas públicas en infraestructura que contribuirán a un mejor futuro para todos.

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