Con un gran impacto social y económico para los pobladores de la ciudad de Pilar, la Defensa Costera ofrece la solución definitiva a un problema de larga data aplicando ingeniería de avanzada para el sector.
Entendiendo que cada crecida del río Paraguay y del arroyo Ñeembucú genera importantes pérdidas para miles de familias de la zona, las obras iniciaron en el año 2020, con el propósito de ofrecer una solución definitiva para evitar las inundaciones y a su vez fomentar el reordenamiento vial para Pilar.
Se estima que, en su conjunto, la construcción y aplicación de la Defensa Costera de Pilar beneficia a unos 33.000 pobladores con un impacto directo en su calidad de vida. Además incentiva el desarrollo del turismo y del comercio.
El propósito de la obra es evitar que las zonas bajas se inunden, a través de la operación de motobombas de desagote instaladas en los centros de control, transformando definitivamente la vida de todos los pobladores y visitantes de la ciudad.
Trabajo colaborativo y comprometido con la calidad
La fase A de la obra fue adjudicada al Consorcio CTC, conformado por Construpar SA, TOCSA SA, Tecnoedil SA y Constructora Concret Mix SA. Los trabajos demandaron la colaboración e intercambio de conocimientos entre profesionales de diferentes áreas, como geotécnica, hidráulica, hidrológica, eléctrica, electromecánica.
“Esta obra contó con un gran equipo de profesionales con mucha experiencia en el rubro, además de toda la tecnología disponible en las cuatro empresas integrantes del consorcio”, indicó el Ing. Diego Gómez, representante de la oficina técnica.
En su fase de inicio y desarrollo empleó a más de 500 personas, lo que generó un impulso importante para el empleo en la temporada de pandemia del COVID-19. “Los trabajos iniciaron en el año 2020. Fue un periodo con incertidumbre acerca de cómo se desarrollaría la pandemia y cuáles serían sus efectos en nuestros colaboradores, además de todos los protocolos que se debieron seguir nos limitó un poco, pero no tuvo un impacto significativo para la obra”, detalló Gómez.
Entre los desafíos principales, mencionó la coordinación internacional para lograr la fabricación a medida de las bombas y estructuras de control en el plazo establecido. En este contexto, la obra es una muestra de ingeniería de vanguardia que garantiza calidad, a través de la innovación y del know-how.
Primera fase concluida
La ejecución de trabajos comprendidos en la fase A culminaron en octubre del año pasado, luego de 42 meses de trabajo ininterrumpido. Con la terminación de las obras, la ciudad se encuentra 100% protegida.
Esta primera fase implicó la construcción de un dique y la protección del talud, de dos estaciones de control con compuertas, bombas y generadores propios. Fue equipada con elementos electromecánicos, durante su primera y segunda etapa, que incluyen las guías de compuertas, compuertas stop lock, la compuerta ecológica y el puente grúa, lo que permitirá el posicionamiento y manejo de todos estos elementos.
Se construyó una estación de cierre en el Arroyo Ñeembucú, y gracias al nuevo sistema,todo se centraliza en dos grandes estaciones.
También se contempló un canal de 15 km para el control de las aguas excedentes de los arroyos citados, el alcantarillado pluvial de la cuenca de la terminal, la zona Manufactura de Pilar y barrio San Antonio, la canalización del Pa’i Zanjam, una playa sobre el río Paraguay y arroyo Ñeembucú y la operación y mantenimiento por tres años del sistema.
Actualmente, se trabaja en el mantenimiento de la obra con un plantel de 35 funcionarios distribuidos en varias áreas. Esta etapa entró en rigor desde marzo del 2024 con una duración de 36 meses, según contrato con el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones.
Ambientalmente sustentable
A través de diferentes planes de gestión socioambiental se identificaron los impactos potenciales de las obras y se establecieron medidas para mitigarlos de manera a que los procesos de construcción y operación fueran ambientalmente sustentables.
Durante las intervenciones iniciales, también se tuvo en cuenta la recuperación de volumen de almacenamiento de los reservorios actuales y de liberación de alcantarillas del drenaje pluvial como prevención ante cualquier evento crítico.
La conclusión de todo el proyecto marcará un hito para el desarrollo socioeconómico de la ciudad, y marca un rumbo en materia de innovaciones y aplicación de la ingeniería en el país.