Los niveles de inflación han disminuido, mientras que su comportamiento se ha vuelto más estable, según el Banco Central del Paraguay. Este es un factor clave para generar confianza entre los agentes económicos que planifican inversiones a largo plazo.
El presidente del Banco Central del Paraguay (BCP), Carlos Carvallo, anunció la reducción de la meta de inflación del 4,0% al 3,5%, manteniendo el rango de tolerancia en +/- 2 puntos porcentuales. De acuerdo con la institución, la estabilidad nominal constituye un pilar fundamental para la concreción de planes de inversión a mediano y largo plazo, lo que, a su vez, impulsará mayores niveles de empleo, producción e ingresos, promoviendo el bienestar general de la sociedad. Este objetivo de inflación más exigente también implica un fuerte compromiso con la estabilidad de precios y posiciona al país más cerca de los niveles inflacionarios observados en los países cuyos esquemas de metas de inflación son considerados más modernos y responsables de la región y del mundo. A nivel nacional, desde la implementación del régimen de metas de inflación en 2011, los niveles de inflación han disminuido, mientras que su comportamiento se ha vuelto más estable. También se ha observado un menor efecto de traspaso de las variaciones del tipo de cambio a la inflación y una menor persistencia inflacionaria, según el Banco Central del Paraguay. Aspectos clave que sustentan esta reducción:
- La evolución favorable de la inflación bajo el esquema de metas, que, en general, se ha mantenido por debajo de los objetivos establecidos.
- La eficacia comprobada de la política monetaria y la credibilidad alcanzada por el Banco en la orientación de las expectativas de los agentes económicos.
- El desenvolvimiento y las perspectivas del contexto macroeconómico, tanto local como internacional.
Beneficios De acuerdo con el informe del Banco Central del Paraguay (BCP), una reducción de la inflación no solo promueve una mayor estabilidad macroeconómica, sino que también genera un entorno más propicio para el desarrollo económico a largo plazo. Entre los principales beneficios asociados a la reducción de la meta de inflación se destacan los siguientes:
- Mayor previsibilidad para la planificación a largo plazo: Una menor volatilidad de la inflación permite a los agentes económicos proyectar con mayor certeza. Algunos estudios empíricos muestran una correlación positiva entre la media y la varianza de la inflación, lo que sugiere que una inflación más baja tiende a ser más estable.
- Reducción de la desigualdad: Los hogares de menores ingresos suelen depender de ingresos que no están completamente indexados a la inflación, lo que los hace más vulnerables. En contraste, los hogares de mayores ingresos tienen una mayor capacidad para proteger sus ahorros de los efectos inflacionarios.