Fijarse una meta clara, persistir, esforzarse al máximo y ser agradecido, este fue el norte que guió la trayectoria profesional de José Misael Rodríguez, colaborador de la empresa constructora Ocho A S.A.
Hace unos 29 años, un joven chapista y pintor se propuso trabajar para Ocho A S.A., entonces, durante tres meses viajó a diario desde Caacupé hasta Capiatá para buscar una oportunidad. “Un día el Ing. Antonio Oliveira me dijo “veo que remba’aposé” (querés trabajar) y me pidió un número de teléfono para contactarme cuando tuviera un lugar para mí, luego de un mes llegó esa llamada y me presenté en la empresa el 07 de abril de 1996, a las 05:00 am y el ingeniero me dijo que me iba a dar trabajo por mucho tiempo. Desde entonces sigo aquí, incluso, ya jubilado”, relató José Rodríguez.
Recordó que en ese entonces tenía cuatro hijos en etapa escolar y una esposa, además su madre vivía con él, por lo que necesitaba un trabajo formal que le garantizara ingresos estables, seguro social (IPS) y le permitiera darle una mejor calidad de vida a su familia. Todo esto lo encontró en Ocho A S.A.
“Mi primer pago fue de G. 370.000 y trabajé todas las horas extras posibles para sacar buen dinero a fin de mes. Siempre tuve mucho trabajo y nunca les fallé, porque mi mayor motivación era sacar adelante a mis hijos, que fueran personas de bien. Hasta hoy tengo trabajo, tengo salud y una familia que me quiere”, afirmó orgulloso.
Agregó que actualmente tiene seis hijos y 6 nietos. La hija menor está cursando el quinto año de contabilidad, y seguirá trabajando para apoyarla en sus estudios.
Compromiso y dedicación
Desde su ingreso, José se dedicó al área de chapería y pintura en el taller de Capiatá, pero a los dos meses de ser contratado fue comisionado a Ciudad del Este durante ocho meses; y toda su trayectoria en la empresa incluyó viajes al este del país.
Aprendió el oficio desde niño, aprovechando la temporada de vacaciones para ayudar a su hermano, que también hacía chapería y pintura. “Cuando entré a Ocho A, yo tenía experiencia previa en un taller, pero igual me resultó poco, siempre estoy aprendiendo más”, señaló y recordó que anteriormente el trabajo era más pesado, ya que no se contaba con las tecnologías actuales y era el único personal en el área.
José inicia su día a las 04:30 am, ya que reside en la compañía Cabañas en Caacupé y debe trasladarse hasta el centro de la ciudad para tomar el transporte público que lo acerca hasta Capiatá, y es uno de los colaboradores más comprometidos con la puntualidad y asistencia. “Siempre traté de ausentarme lo menos posible y dar mi mejor esfuerzo”, aseveró.
“Muchas veces me dije que escogí el trabajo más pesado, que ya estaba cansado y tenía que renunciar, pero recordaba que son varios años de esfuerzo y que me gusta lo que hago. Mientras tenga la salud y ganas, seguiré”, comentó.
Recordó que cuando llegó al periodo de jubilación se acercó al ingeniero Ocampos, quien le afirmó que si quería seguir trabajando podía hacerlo, que pusiera en orden sus papeles. “Con mis 63 años, estoy muy feliz y mientras esté bien de salud voy a continuar viniendo, al menos hasta que mi hija termine sus estudios, después veremos”, comentó.
Metas satisfactoriamente cumplidas
Cuando ingresó a Ocho A S.A., José tenía muy claras sus metas: ayudar a su familia y mejorar su calidad de vida y en todos estos años, lo logró. “Cuando me casé me mudé a una casa tipo choza de paja, heredada de mi abuela, que reparé para vivir allí. Con mi aguinaldo compraba materiales de construcción y pedía préstamos de la asociación de empleados para ir juntando. Hasta que una vez me volvieron a llamar para trabajar en Ciudad del Este y me pagaron G. 5.000.000, con eso compré lo que me faltaba y mandé construir una linda casa”, contó.
“Gracias a la empresa, a mi esfuerzo y a Dios, logré todo lo que tenía en mente” afirmó y recalcó el agradecimiento a Ocho A, que desde el día uno le ofreció un buen ambiente de trabajo, el pago sin faltas y un genuino acompañamiento en momentos difíciles.
José Rodríguez tuvo varios ayudantes en estos años, a quienes les inculca la importancia de la puntualidad, responsabilidad y dedicación en cada tarea asignada. Además de tener iniciativa y “ser kyre´y” en el trabajo para cumplir en tiempo y forma con los pedidos.