En un contexto regional donde las necesidades de infraestructura crecen más rápido que la capacidad estatal para financiarlas, el debate sobre modelos de inversión se vuelve urgente. Así lo expuso José Luis Falero, exministro de Transporte de Uruguay.
América Latina enfrenta un desafío común: “siempre venimos detrás de lo que necesitamos”, sostuvo, y recordó que la falta de planificación y coordinación entre los sectores público y privado también es un desafío para Paraguay. En este contexto, propuso soluciones basadas en innovación financiera y gobernanza compartida.
Falero, con experiencia en la gestión de infraestructura bajo esquemas de asociación público-privada (PPP), destacó la eficacia del modelo uruguayo, que permitió ejecutar en cuatro años y medio la misma cantidad de obras que antes demandaban quince.
El secreto —según mencionó— estuvo en combinar construcción, mantenimiento y financiamiento en un solo paquete contractual. Este “combo”, que redujo tiempos y mejoró la calidad, permitió a Uruguay concretar siete rutas, un ferrocarril central, dos cárceles y varias escuelas bajo el mismo esquema. En ese proceso, la participación del sector privado no fue solo un apoyo financiero, sino un compromiso con la durabilidad y eficiencia de las obras.

Entre las herramientas más innovadoras figura el pago por disponibilidad, un sistema que incentiva la calidad: el contratista solo recibe su remuneración si la infraestructura se mantiene en condiciones óptimas durante el período acordado. Este enfoque, junto al telepeaje y los esquemas de “pago por uso”, propone una lógica distinta: que el usuario también asuma una pequeña parte del costo, en función del beneficio y la frecuencia con que utiliza la vía.
Para el profesional, no se trata de trasladar la carga al ciudadano, sino de promover una cultura de corresponsabilidad que permita sostener obras de alta calidad sin comprometer los presupuestos públicos.
Paraguay, que encara grandes proyectos viales y logísticos como el Corredor Bioceánico, podría encontrar en estos modelos una alternativa viable para acelerar inversiones sin sobrecargar al Estado.
La experiencia regional demuestra que, cuando hay voluntad y coordinación entre los actores (Estado, sector privado y ciudadanía), es posible lograr resultados en menor tiempo y con mayor transparencia.
“El desafío es atreverse a crear normas más ágiles sin violentar las existentes”, y avanzar hacia un esquema donde el progreso no dependa solo de la disponibilidad de fondos públicos, sino del ingenio para construir alianzas inteligentes que aseguren el futuro de la infraestructura paraguaya”, finalizó Falero en el marco de la 5.ª edición del Foro Cavialpa 2025.





