Ensanchar una ruta requiere remover suelos, compactarlos, retirar columnas de energía eléctrica y todo tipo de elementos que requiera el despeje de la franja de dominio del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones para proseguir con las obras, este es el caso de la duplicación de la ruta PY02 que se extiende desde Ypacaraí, pasando por Caacupé, Coronel Oviedo y llega a Ciudad del Este.
Según expresaron desde el Consorcio Rutas del Este, la obra cuenta con un plan de reforestación con plantines de árboles nativos, indicados por la municipalidad de las localidades por donde atraviesa la ruta. Para este fin, encargaron esta la labor al vivero Virgen del Rosario, de Ninfa Villalba, una abogada que inició su emprendimiento hace más de una década con la ayuda de su mamá.
“Este fue un emprendimiento familiar que, gracias a las capacitaciones de varias organizaciones, adquirimos las destrezas para empezar a producir plantines y así ayudar a reforestar el país”, dice con orgullo. “Inicialmente éramos solamente 8 mujeres, producimos 200.000 plantines al año en nuestro vivero ubicado en Ciudad del Este, pero hace un par de años, nuestra historia cambió”.
“El consorcio Rutas del Este nos contactó y nos pidieron plantines para plantar en los espacios públicos en coordinación con los municipios, algunos lugares no tenían un solo árbol, no se podían aprovechar los espacios públicos, como las plazas, pero hoy es gratificante volver y ver que esos plantines se convirtieron en árboles que dan sombra y debajo juegan niños y niñas”, expresó Ninfa.
Emocionada y con una sonrisa en sus rostro Ninfa sigue expresándose “Hoy, producimos más de 400.000 plantines, y con el tiempo fuimos incorporando a más personas, somos ya 32 mujeres quienes trabajamos en el vivero en distintas tareas, desde la recolección de semillas, riego, abono, y transporte de los plantines. La obra nos dio mucho trabajo y, gracias a ella, podemos mantener a nuestras familias, alimentarlas, enviarlas a la escuela y lo más importante, enseñarles a cuidar de la naturaleza”.
Ninfa cuenta que en el vivero trabaja casi toda su familia, desde su madre hasta sus hermanas, y a pesar de que se recibió de abogada, prefirió dedicarse al proyecto porque le permite pasar tiempo con su familia, e incluso ganar más dinero. Los hombres poco a poco están integrándose para las tareas de fuerza, como la del transporte y excavación de los plantines.
Finalmente, Ninfa señala que tienen expectativas de seguir creciendo, teniendo en cuenta la cantidad de obras que se están ejecutando a nivel país, y muchas de ellas contemplan la arborización de espacios públicos.
