Superar la lógica de que solo se invierte en infraestructura pública cuando se tienen recursos y asumir que debe funcionar como herramienta contracíclica fue uno de los ejes destacados por referentes políticos sudamericanos durante la segunda Cumbre Agroglobal Sudamérica.
En el espacio de debate denominado “Infraestructura para el desarrollo: conectividad y tecnología estratégica”, se presentaron seis razones clave que hacen imprescindible invertir en infraestructura pública:
- Habilita y dinamiza la actividad económica.
- Reduce costos para las empresas, por ejemplo, mediante autopistas y corredores logísticos que optimizan el transporte.
- Contribuye al equilibrio territorial: el desarrollo de un país está directamente ligado a la infraestructura de la que dispone.
- Actúa como herramienta contracíclica ante escenarios económicos adversos.
- Facilita la integración global.
- Ayuda a disminuir la conflictividad social.
Se remarcó que en América Latina, la tendencia a recortar infraestructura en tiempos de crisis es contraproducente: justamente en esos momentos debe potenciarse, como motor de dinamismo económico y cohesión social.
Los panelistas también subrayaron que no se trata solo de obras físicas, sino de una apuesta estratégica por la competitividad económica, la integración de los pueblos y el fortalecimiento del tejido social.
En este sentido, para la agroindustria —uno de los pilares de la economía regional— resulta clave mejorar los caminos rurales, asegurar su mantenimiento y consolidar corredores que garanticen un acceso ágil y eficiente a puertos y mercados.