En los últimos años, la planificación de carreteras ha comenzado a incorporar una visión más amplia: no solo construir caminos duraderos, sino también integrarlos de manera armónica con la naturaleza. Este enfoque busca aprovechar los servicios ecosistémicos, beneficios que los ecosistemas proporcionan de forma natural, para reducir riesgos, abaratar costos y generar impactos positivos tanto para las infraestructuras como para las comunidades.
¿Por qué considerar los ecosistemas en la construcción vial?
Restaurar o conservar la vegetación en zonas clave no solo mitiga el riesgo de desastres como inundaciones, derrumbes o erosión, sino que también mejora la calidad del aire y del agua, y contribuye a la regulación climática. En lugar de ver a la naturaleza como un obstáculo, este enfoque propone utilizarla como aliada para soluciones duraderas y más rentables.
Beneficios concretos de integrar la naturaleza
- Reducción de inundaciones: La vegetación aguas arriba regula el caudal, favorece la infiltración y evita acumulaciones peligrosas.
- Protección costera: Ecosistemas como manglares o arrecifes naturales reducen la erosión y la fuerza de las tormentas en zonas costeras.
- Control de erosión y sedimentos: Las raíces de la vegetación estabilizan el suelo y reducen el mantenimiento de vías y drenajes.
- Prevención de derrumbes: La cobertura vegetal refuerza laderas y suelos inestables, disminuyendo riesgos para los usuarios.
- Mejora del agua y aire: Plantas y suelos filtran contaminantes, y ayudan a cumplir normas ambientales.
- Captura de carbono: Restaurar vegetación compensa emisiones y permite avanzar hacia carreteras carbono-neutras.
¿Cómo integrar estos elementos en los proyectos?
La clave está en una planificación multisectorial desde las primeras etapas del proyecto. Esto implica:
- Identificar servicios ecosistémicos presentes en la zona.
- Evaluar riesgos naturales que pueden mitigarse con soluciones basadas en la naturaleza.
- Diseñar la infraestructura considerando el entorno, no contra él.
- Incorporar prácticas de restauración vegetal y uso de barreras naturales.
- Coordinar con actores locales y expertos ambientales.
En resumen, construir carreteras más resilientes implica mirar más allá del asfalto. Integrar servicios ecosistémicos no es solo una estrategia ambiental, sino también una decisión técnica y económica inteligente que fortalece la infraestructura, protege a las comunidades y asegura un desarrollo más sostenible.
Fuente: Carreteras y capital natural