En el marco del Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo, recordamos que proteger al talento humano no sólo implica evitar accidentes, sino también proporcionar espacios que contribuyan a su bienestar general.
En el sector de la construcción, donde las actividades físicas y manuales son exigentes y arriesgadas, es fundamental contar con suministro de agua potable, servicios sanitarios, lugares de aseo y cambio de ropa, sitios de descanso y refugio, e instalaciones para preparar y consumir alimentos que contribuyan a mejorar la salud de los trabajadores.
Estas instalaciones pueden ser establecidas y mantenidas por un contratista para toda la obra e incluyen servicios higiénicos y de aseo con suficiente suministro de agua y jabón, espacios para el consumo de alimentos y bebidas, suministro de agua potable, vestuarios, y espacio para brindar primeros auxilios con equipamiento y personal capacitado.
La incorporación de estas instalaciones no solo mejora el bienestar de los obreros, sino que también aumenta su eficiencia y genera un ambiente laboral ameno y productivo.
Gestión de la seguridad
En relación con la seguridad en la industria de la construcción, es importante destacar que mejorar la seguridad, la salud y las condiciones laborales depende en última instancia de proteger la seguridad y salud de la fuerza laboral mediante un trabajo colaborativo entre todos los miembros de la compañía, la comunidad en la que se interviene y el Estado.
La Organización Internacional del Trabajo ofrece un manual de capacitación que sostiene que la gestión de la seguridad comprende funciones de planificación, identificación de áreas problemáticas, coordinación, control y dirección de las actividades de seguridad en la obra, todas ellas con el fin de prevenir accidentes y enfermedades.
Es importante entender que existe un malentendido en cuanto a la prevención de accidentes, ya que la principal preocupación deberían ser las condiciones peligrosas que los causan, es decir, el “incidente” más que la “lesión” en sí misma.
En una obra en construcción hay muchos más “incidentes” que lesiones. Se pueden realizar cientos de veces una acción peligrosa antes de que cause una lesión y, por lo tanto, los esfuerzos de los administradores deben centrarse en la eliminación de esos peligros potenciales. No se puede esperar a que haya daños humanos o materiales para hacer algo al respecto.
En este sentido, es importante tomar medidas de seguridad antes de que ocurran los accidentes y una gestión efectiva persigue tres objetivos principales: lograr un ambiente seguro, hacer que el trabajo sea seguro y hacer que los obreros estén conscientes de la seguridad.