La Ruta Bioceánica representa una oportunidad histórica para reducir costos logísticos y mejorar la competitividad del país, por lo que se insta a garantizar el financiamiento y acelerar la licitación de esta infraestructura clave para cerrar esta conexión terrestre.
Las obras del Corredor Bioceánico avanzan de forma sostenida en Paraguay, pero la falta de definición sobre el puente internacional entre Pozo Hondo, en el Chaco paraguayo, y Misión La Paz, en Argentina, podría convertirse en un cuello de botella para aprovechar plenamente el potencial logístico de la región. Así lo advirtió el ingeniero Paul Sarubbi, presidente de la Cámara Vial Paraguaya al diario 5 Días.
El puente de 250 metros sobre el río Pilcomayo es la pieza faltante en el Lote 4 del tramo Mariscal Estigarribia – Pozo Hondo, cuya ausencia preocupa especialmente a los productores chaqueños, incluidos los de las colonias menonitas, que esperan exportar sus productos cárnicos y lácteos hacia los puertos del Pacífico y los mercados asiáticos.
“Hoy un producto del Chaco tiene que llegar a Asunción, cargarse en un barco, pasar por el Río de la Plata y recién desde ahí salir al mundo. Con esta ruta, podríamos salir directamente a puertos como Antofagasta en Chile y ganar competitividad logística”, explicó Sarubbi.
Actualmente, cerca de la mitad de los 600 kilómetros del corredor en territorio paraguayo ya están habilitados, mientras el resto avanza con distintos grados de ejecución.
El Ing. Sarubbi hizo un llamado a priorizar la inversión en infraestructura y revisar la calidad del gasto público, recordando que Paraguay arrastra una brecha de más de 30 mil millones de dólares en obras clave.
“La infraestructura no solo construye caminos, también construye futuro. Es fundamental destinar recursos a lo que realmente puede transformar al país”, concluyó.