Cuando sumamos toda la inversión privada que retorna luego de realizar la inversión pública, se estima que el efecto multiplicador es de 5 a 1. Esto significa que, por cada dólar invertido en infraestructura pública, en los 10 años siguientes se espera un retorno de 5 dólares de inversión privada. Por lo tanto, resulta altamente redituable.
La inversión pública de Paraguay en infraestructura es una apuesta a futuro, teniendo en cuenta que nos estamos poniendo al día en infraestructura. Se espera que en los siguientes años podamos disfrutar de los beneficios, con un aumento de la producción en los territorios que están siendo beneficiados por las infraestructuras.
En este sentido, podemos destacar a la ruta Bioceánica, que se está construyendo en el Chaco, que va a conectar la zona más productiva del agronegocio de Brasil, Mato Grosso, Paraná, etc. Toda esta producción saldrá por la Bioceánica, que cruzará Paraguay, irá por Argentina y saldrá por Chile. Esto traerá desarrollo, porque se necesitarán estaciones de servicios, venta de productos, hoteles y se generará un efecto multiplicador, además, es probable que se creen nuevas ciudades a partir de esta ruta.
No hay ningún sector de la economía que tenga una cadena de aprovisionamiento tan amplia como el sector de la construcción, porque cuando este crece, también crecen los que hacen ladrillos, los que proveen cemento, la gente que alimenta a los obreros, las ferreterías que proveen materiales y todos los productos que sirven de insumo al sector.
Dos tercios de la inversión en construcción es privada
El tamaño del sector de la construcción es de casi 3 millones de dólares. Si observamos su participación en el Producto Interno Bruto, con cifras de 2021, un tercio corresponde a inversión pública en rutas, puentes, edificios, etc. Mientras que dos tercios corresponden al sector privado, contando los edificios corporativos y de vivienda.